"Concédeme, Señor, serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que sí puedo y sabiduría para distinguir las unas de las otras". Kurt Vonnegut, Matadero cinco

5/8/16

¡Personajes de Limón y mora! Hoy... Cosme y Fermín

¡Hola a todos! Hoy os presento a dos personajes de Limón y mora, mi nueva novela. No sé si podría considerarse una novela coral, pero lo cierto es que tiene varios protagonistas. Hoy os hablaré de dos y os contaré alguna curiosidad sobre ellos. Os presento a Cosme y Fermín.


Cosme

Dibujo hecho por Belén Martínez, también conocida como la mejor persona del mundo ❤

Cosme es un chico de diecinueve años que aún se las ve y se las desea para terminar el bachillerato. Como cuenta la sinopsis, es humano. Para él es muy importante, porque es una forma de conservar parte de su pasado, algo a lo que se aferra bastante porque su recuerdo le parece mucho mejor que el presente. Y es que la fiebre del vampirismo ha trastocado su vida a todos los niveles: primero su novia lo abandonó por irse con uno de ellos. Después de eso, gradualmente, todo lo que le rodea se lo recuerda. Incluso sus padres se han convertido y esperan que él lo haga. Pero él no ve las cosas de la misma forma, claro...

«El alumno Cosme Blanco Ortiz ha sido expulsado del centro debido a su mala conducta por un período de una semana».
Mala conducta. Cosme reprimió un gruñido. Su «mala conducta» había sido negarse a ver aquella película, a leer aquel libro, a hacer aquel examen. Se negaba, simplemente. Ellos lo sabían. Sus compañeros. Sus profesores. Todos. Pero se empeñaban en hacer oídos sordos, tal vez porque pensaban que así él se adaptaría. Se equivocaban. Se equivocaban con creces si pensaban que metiéndole a presión la idea de que los vampiros eran como ellos él lo terminaría aceptando. No, nunca. Nunca lo haría, jamás. Ellos le habían destrozado la vida. Y eso no era algo que pudiera aceptarse, por supuesto que no.
Metió la mano por segunda vez y sacó una rosa roja. Se la había encontrado tirada en el patio, tal vez una flor regalada y rechazada justo después. Él solía hacer ese tipo de regalos. A ella se los hacía. Flores, chocolate, entradas para ir al cine, paseos por la ciudad.
—Me odia. La odio. Le aburro… —suspiraba, arrancando mecánicamente cada pétalo, destrozándolo entre sus dedos y tirándolo después, como si así pudiera arrancar cada uno de esos momentos, cada uno de esos recuerdos a los que volvía a veces. Él sabía que no debía volver, que no debía tocarlos. Tenía que seguir, pero…
—… Te quiero —susurró en voz baja, dejando caer el último pétalo. Ese. Ese era el problema. Quizá ella no, quizá ella lo hubiera olvidado en los brazos de… ¿Cómo se llamaba? No quería acordarse. En brazos del vampiro, qué más daba. Había pasado mucho tiempo en realidad. Dos, tres años. Todo había pasado muy deprisa. Un día estaban juntos, se prometían seguir. Estudiarían juntos, irían a la universidad juntos, vivirían juntos. Morirían juntos, todo juntos. Porque se querían. Era todo perfecto. Pero entonces llegó él, y Cosme lo vio clarísimo. No era perfecto. No tanto como ella le había hecho creer, no tanto como él pensaba. Él no era perfecto como…

No tengo muchas curiosidades respecto a Cosme. Se llama así porque, a pesar de que no es el verdadero significado de este, su nombre me recuerda al cosmos y a las estrellas (?).

Fermín


Otro dibujo de Belén Martínez (@23_bln)

Fermín es policía y el mejor amigo de Cosme. Tienen en común su aversión por los vampiros, aunque en su caso se debe a algo más grave: la pérdida de un ser querido. Esto le llevó a colaborar con la policía y a decidir convertirse en uno para impedir que otras personas pasen por lo que él pasó. Se toma su trabajo muy en serio. Como amigo, es extremadamente leal, aunque tiende a preocuparse por los demás más de la cuenta. Parece serio y duro, pero todo eso se desvanece cuando tiene delante a las personas adecuadas.

—Fermín no me había hablado de ti —comentó, extrañado—. Y eso que lo que hizo fue muy noble.
Adela no se mostró sorprendida.
—Bueno, si le conoces un poco sabrás que no es precisamente extrovertido —dijo.
—¿Qué? No, qué va, ¡claro que lo es! Siempre está llamándome para salir y dar una vuelta. Y nos vemos a diario.
—Sí, ya. —Adela se encogió de hombros—. Pero ¿te cuenta algo de él? No sé… ¿Cuántos amigos tiene aparte de ti?
—Bueno… —Cosme lo pensó un momento. Era cierto—. Vale, que yo sepa, aparte de mí no tiene a nadie más… Nunca ha tenido muchos amigos de todos modos.
—¿No?
—No —afirmó él, rotundo—. En el colegio era el chico raro de la clase. Y en el instituto… Supongo que en el fondo siempre lo han visto como el raro del pueblo —terminó—. Tienes razón. No habla nada de él, es como si, no sé… Como si enfrascándose en las vidas de los demás pudiera llenar el vacío de la suya. Ni siquiera sé si le gusta alguien. No hablamos de él.

Curiosidad sobre Fermín: está inspirado en el personaje homónimo de El internado, la serie de Antena 3. Fermín era mi personaje favorito, de hecho solo veía la serie por él y me prometí dejarla en cuanto lo mataran. Y bueno...


Nunca superaré esto. Nunca jamás. ¿En el último capítulo, en serio?
Así que Fermín (el mío), surgió como una manera de hacer justicia al Fermín caído. Aunque no sé yo si le habré hecho un favor o no, vaya...


¡Y hasta aquí la entrada de hoy! ¿Os habéis quedado con ganas de saber quién es la Adela con la que está hablando Cosme? Lo descubriréis la semana que viene... ¡Hasta entonces! :)




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